Celia Martínez, la sanadora del color

¿Será verdad que los colores curan? ¿Será verdad que emiten unadeterminada longitud de onda capaz de Interactuar con los seres humanos? La cromoíerapía o la terapia a través dei color no es algo nuevo. Médicos y curanderos de todos los tiempos conocen sus aplicaciones sobre la salud humana porque sabían y saben que todo es energía, que los colores -y la propia luz- están compuestos de radiaciones electromagnéticas que entran en contacto con nuestro organismo.

En el fondo todos estamos hechos de energía, de ondas, de vibraciones que se armonizan con nuestro entorno y el color, la pintura, al igual que la música, expresan perfectamente esa armonía y esa sinergia. Los investigadores nos han dicho que la música y la pintura son dos artes capaces de crear estados alterados de conciencia, de sumimos en un éxtasis contemplativo, porque cada nota o cada color, con su diferente longitud de onda, provoca un determinado efecto en nosotros, incluso el de sanar nuestros cuerpos y hasta nuestros espíritus...

Quizá sea ese el efecto que crea en nuestro organismo los cuadros de Celia Martínez, una sinfonía de color, de formas, de ondas y de espacios que vibran al compás de un tiempo preciso, el tiempo que marca nuestra alma, el tiempo de sumergimos en sus vividos colores, de bucear por sus líneas ondulantes y de extasiarnos ante su resonancia pictórica.

Cada cuadro de Celia es un impulso, es una explosión de color que retumba directamente en nuestros sentidos. Cada pincelada es primero visualizada en su mente, luego es sentida y más tarde reproducida en el deseo de que su energía siga a su pensamiento, un pensamiento capaz de abrir de par en par nuestra fantasía y nuestras más profundas emociones. Es la magia del color que se deja traslucir en los cuadros de Celia.

Sus lienzos son los instrumentos de su imaginación, son cuadros que dicen que curan y ella tan soto es testigo de esas sanaciones espontáneas porque ni ella misma es consciente del alcance terapéutico de su obra. Conociendo a esta mujer, su energía, su buen humor, su actitud decidida ante la vida y ante sus semejantes se entiende que sus cuadros queden impregnados de esa misma energía positiva. Se entiende que sus manos canalicen todo su potencial interior dando como fruto a "hijos pictóricos", mágicos e irrepetibles, y todo para que el mero hecho de contemplar cada uno de sus cuadros nos provoque no solo una pasiva delicia estética sino que además den la impresión de invitarnos a un viaje alrededor de la mente, de hacemos intervenir de una manera muy activa en su genuino mensaje. Celia ve mucho más allá de lo que sus ojos físicos puedan ver.

Precisamente su escasa visión es la que acentúa su mirada interior, la mirada de su corazón y las ideas de sus pinturas surgen precisamente de ahí, de su humanidad, de su bondad, de su amor... Sus deseos de ayudar a la gente, de aliviar sus dolencias, son tal vez los que crean hilos invisibles que llegan a aquel que quiere curarse contemplando sus pinturas, desencadenando así los misteriosos mecanismos de la autocuración.

Si me preguntan dónde reside el secreto de su arte yo les diría que en el poder de los colores que utiliza, de las ondas de forma que emiten, de su propia energía personal y de su encanto Interior Todo ello, y más. es la maravillosa expresión pictórica que Celia Martínez nos con sus cuadros.

Jesús Callejo Cabo. Escritor